Los talleres Gurugú.

Los talleres se ubicaban en el número 36 de la calle Carmen Monteverde, en Santa Cruz de Tenerife, cerca de la zona portuaria, en paralelo a la calle Miraflores, al lado de la casa Siemens y enfrente al Hospitalito de Niños. Lo formaban varios talleres independientes; el Taller de Chapa - Vilehaldo Castillo, el de Jacinto Cruz Castilla – Taller de Soldadura en general; Taller de Torno e Inyectores de Arturo Faas Carles y su hijo José Manuel Faas Medina y el Taller de Torno de Gabriel de la Fuente.

El origen del nombre de Talleres "Gurugú" viene, porque en uno de los locales, justo en el local donde tenía don Arturo Faas su taller de torno, anteriormente había un bar, que regentaba un ex-combatiente de las batallas del Monte Gurugú en la península de Tres Forcas, en la costa norte de Marruecos, El Monte Gurugú  fue escenario, a principios del siglo XX de encarnizados combates entre tropas españolas y los rebeldes rifeños.

De ahí salió el nombre del Bar Gurugú y años más tarde….

Talleres Gurugú.

Hace poco tiempo leí un comentario en un foro en internet donde nombraban a un "personaje" de los talleres Gurugú, contaban una anécdota de Pepe “Cabezola” con Lola, su "querida"....alguien recordaba con humor y aires de admiración, en pocas palabras lo que fueron los Talleres Gurugú... y escribieron:

"....Maravilloso "el Gurugú", fué la Universidad del Alcohol, pero fue la universidad de los mejores profesionales que jamás hayan existido en la chapa, pintura, soldadura, torno, herrero, y no se cuantas cosas más... hoy en día te cambian el guardalodos, antes se hacía a mano con un "cacho" de chapa de 1 milímetro, allí se soldaba desde una aguja de un reloj hasta la culata de un motor de un barco, con doce cilindros, en donde podías meterte en la camisa y subirte a un pistón... que pasada ....." 

Jamás pensé en encontrar alguna referencia en Internet sobre los Talleres Gurugú, y después de leerlo, pensé, en contar lo que yo conozco de los talleres.

El taller reunía en un solo sitio a los mejores profesionales del metal y la soldadura, chapistas, soldadores, torneros, herreros y mecánicos de aquella época, tuvo su esplendor durante los años 1940 y 1970, y allí se realizaban los más exactos trabajos de precisión.

Una excelente y "variopinta" clientela. Próximo a la zona portuaria, fue centro de reunión de "cambulloneros" , pescadores y personas vinculadas  con los muelles. Se realizaron  trabajos para la refinería de Santa Cruz, trabajos en los muelles, en barcos, en coches, camiones, las primeras palas mecánicas que llegaron a Tenerife, en fin, se arreglaba y fabricaba de todo, la escases de materiales y repuestos obligaban la reparación y fabricación de todo tipo de piezas, engranajes y maquinarias de muchas fábricas, empresas y personas de la calle que se acercaban al taller para arreglar los útiles de la casa.

De toda esa actividad, de la cantidad de clientes y trabajos realizados surgieron mil historias, anécdotas y vivencias, que se gestaban con los caracteres humanos de las personas que allí trabajaron.
Conozco algunas historias del taller....me sorprendió saber que en muchas ocasiones las monjas de hospitalito de niños acudían al taller en busca de alguna botella de oxígeno debido a su falta de medios, igualmente, en alguna ocasión  prestaron al taller alguna botella para poder terminar algún trabajo de soldadura de última hora… 
Cuando necesitaban sangre para los niños igualmente las monjas acudían al taller para solicitar donantes, se donaba hasta incluso con “algún whisky encima” si era necesario....historias con falta de recursos y excesos de humanidad y supervivencia, como dice mi padre..."era lo que había"...

El Gurugú, fue un lugar muy especial, la escuela de muchos profesionales, uno de esos lugares que forman parte de la historia de una ciudad o puerto, un recopilatorio de anécdotas…… el maestro Vilehaldo, maestro Juan el Tornero, Anselmo, Jacinto, Panchito “El Bugui”, Manolito “El Alemán”, Carlos, y muchos más forman parte de la historia de los Talleres Gurugú.

 

Enrique Castillo para su Bitácora, Septiembre de 2009.

El Taller

Las personas son recordadas, los lugares que han cambiado y algunos desaparecidos siguen igual y con mucha frecuencia El Gurugú resucita.
El Gurugú fue una "plaza" de talleres, donde estaba el taller de mi abuelo Vilehaldo, padre de Carlos, mi padre.
Desde que tengo uso de razón, las historias del taller, sus personajes, la calle Monteverde, el hospitalito de niños, Miraflores, el muelle, los cambulloneros , la casa Siemens, la Latonería y... en fin, cien lugares, cien historias más; historias que pertenecen a la vidas de mi padre y de mi abuelo, me han fascinado y todo aquello vinculado con el taller ha despertado siempre mi curiosidad. El Gurugú ya es como una pequeña parte de mi vida, un recuerdo, un grato recuerdo. No lo viví en primera persona, ni conocí su esencia, ni viví alguna de sus historias, pero, he "heredado" un cariño especial a ese lugar, quizás con mi ADN, no lo se.....

"El viejo"... mi padre, se ha preocupado que esas historias no desaparezcan. Siempre nos cuenta anécdotas de su infancia; a través de sus charlas, de como era la antigua ciudad de Santa Cruz, de como vivían, de las historias de personas vinculadas con el taller del maestro Vilehaldo, de las anécdotas que allí se vivieron y con su recuerdos, nos ha transmitido con nitidez años importantes en su vida y hemos aprendido como vivieron, tiempos pasados, tiempos duros, de profesiones "casi" desaparecidas, de artesanos, de personas y "personajes", de risas y.....

Yo recuerdo su olor, recuerdo la etapa final del taller, y el lugar me parecía un sitio fantástico, lleno de "cachivaches" y "chatarra" por todos lados, las herramientas, los grupos de soldadura, mi tío Jorge debajo de algún coche, mi abuelo "mandarria" en mano a sus ochenta, su peto de trabajo, el resto de los talleres, las bombonas de oxígeno.....recuerdo......aquel maravilloso lugar.

Espero que algún día mi hijo, le cuente a sus nietos alguna de esas "historias del taller".
Esta galería de imágenes esta dedicada a mi padre.


                                                       Carlos Castillo Rodríguez






Enrique Castillo para su Bitácora, Septiembre de 2009.







Carlos aprendiendo a soldar con su padre, el maestro Vilehaldo.







Vilehaldo y su hijo Carlos




la carrocería de este coche fué construida integramente por el maestro Vilehaldo.







Carlos Castillo




Julian Cruz Castilla, Vilehaldo Castillo y su hijo Carlos


 
Vilehaldo Castillo y el maestro Jacinto "El Viejo" 

Alvarito "el cañita", Domingo con su hijo y un cliente del taller





El yunque de Anselmo

Grupo de trabajadores

Vilehaldo en las puertas del taller con Jose Manuel Galarza "El Niño"

Grupo de trabajadores delante del "Yunque"
Carlos soldando

Jacinto Cruz Castilla, Carlos Castillo, maestro Juan "el tornero", Jacinto Cruz Glez  y el
 sobrino de Alvarito "el cañita"
grupo de trabajadores



Carlos Castillo




Foto en el MORRIS.

el viejo "MORRIS"

Coche marca "MORRIS" matriculado en Gran Canaria.

Antonio Cruz Castilla "Antoñete"

reparando un viejo "MORRIS"

Carlos Castillo, Panchito "El Bugui" y Manolo "El Alemán"





Jose Manuel "El Niño", Julio  y Carlos






Carlos Castillo




Furgoneta marca "Bedford"




Panchito "El Bugui" y Carlos
Ford Vedette






Ford Vedette de finales de los años 50.



Victor con su bicicleta y Carlos



Maestros y aprendizes



Jacinto "El Viejo", "el Gitanillo" y Pacheco.



mi padre y mi abuelo



Enrique Castillo     -    Septiembre de 2009